El ingreso al nivel de educación media superior representa una etapa clave y desafiante para los adolescentes mexicanos, quienes concluyen la secundaria y aspiran a continuar sus estudios en la preparatoria. Entre los principales temas que rodean este tránsito educativo, destacan la cobertura insuficiente, la deserción escolar, el rezago en aprendizajes, y los factores socio-emocionales que condicionan el éxito en esta nueva etapa. La Secretaría de Educación Pública (SEP) reportó que el Sistema Educativo Nacional sólo atiende a 72.9 por ciento de los jóvenes de 15 a 17 años que logran concluir su educación básica, cifra que se eleva a 78.4 por ciento, si se considera la modalidad no escolarizada, por lo que acceden a este nivel educativo 5.2 millones, aunque la población en edad de ir al bachillerato a escala nacional es de 6.1 millones. En una guía de la Universidad Tecmilenio se indica que "la intervención de los padres y madres de familia es fundamental para guiar la elección del bachillerato" y que su apoyo influye mucho en ese proceso. Especialistas señalan que los motivos del abandono escolar en esta etapa están vinculados a condiciones económicas que obligan a los jóvenes a buscar trabajo o priorizar ingresos inmediatos frente al estudio. La falta de motivación, problemas de salud mental o emocional, y entornos escolares que no logran enganchar al alumnado en la etapa media superior. Si uno de cada cuatro jóvenes no accede al bachillerato, y de los que ingresan uno de cada doce abandona antes de tiempo, entonces el reto educativo se extiende más allá del ingreso: se trata de garantizar permanencia, aprendizaje y salida exitosa.