El gobierno mexicano ha anunciado una reforma laboral que reduce la semana de trabajo de 48 horas a 40 horas semanales, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los trabajadores sin afectar sus salarios. Esta medida se implementará de manera gradual entre 2025 y 2030, dependiendo del tamaño de la empresa. Y de alguna manera estos cambios traen consigo varios movimientos tanto de la misma empresa como de los trabajadores.
Los beneficios esperados son varios por ejemplo la mejora en la calidad de vida de los trabajadores, el aumento en la productividad y competitividad del país, la
reducción del estrés y mejora en la salud mental y física de los empleados y mayor tiempo libre para actividades personales y familiares. Por otro lado representa un desafío para las empresas ya que tendrá que hacer cambios en sus turnos y procesos internos.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos(OCDE), la reducción de la jornada laboral puede aumentar la productividad y competitividad del país. El 70% de los trabajadores mexicanos anticipa beneficios en su calidad de vida y eficiencia laboral. Sin embargo, el 98% del tejido empresarial, conformado por pymes, podría enfrentar un aumento de hasta 36% en sus costos si pagan horas extras, o del 22% si contratan nuevo personal.
La distribución del tiempo laboral variará según el tamaño de la empresa. Estos son los posibles esquemas de trabajo; el modelo tradicional 5 días de trabajo con jornadas de 8 horas. Jornada de 6 días trabajados con poco más de 6 horas laboradas cada día y jornada de 4 días de trabajo con jornadas de 10 horas.