En México, las jornadas de salud dentro de las empresas se han convertido en una herramienta clave para promover el bienestar laboral y prevenir enfermedades crónicas. Ya no son exclusivas de las grandes corporaciones: cada vez más pequeñas y medianas empresas están sumándose a esta práctica como parte de su responsabilidad social y de su compromiso con la productividad de sus empleados. De acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS, 2024), más del 55 % de las empresas formales en México han implementado algún tipo de programa o jornada de salud laboral, cifra que representa un incremento del 20 % respecto a hace cinco años. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada dólar invertido en programas de bienestar laboral puede generar hasta cuatro dólares de retorno en productividad y reducción del ausentismo. En México, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 30 % de las incapacidades laborales están relacionadas con enfermedades prevenibles, lo que refuerza la importancia de este tipo de acciones. Especialistas en salud ocupacional destacan que las jornadas médicas en centros de trabajo no solo reducen costos por ausentismo y atención médica, sino que también fortalecen la moral del personal y promueven una cultura organizacional más humana y saludable.