El Día Mundial de la Prevención del Suicidio nos recuerda la magnitud de un problema global y, al mismo tiempo, nos insta a cambiar la narrativa: a escuchar, acompañar y actuar desde la empatía. Las cifras son un llamado claro: es indispensable erradicar el estigma, mejorar el acceso al apoyo emocional y fortalecer políticas públicas para salvar vidas. Cada año, el 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, un llamado global instaurado en 2003 por la Asociación Internacional para la Prevención de este problema y co-patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud cada año mueren más de 720 000 personas por autoeliminación, lo que representa más de 1 de cada 100 muertes, además esta fenómeno ocupa el tercer lugar entre las principales causas de muerte en jóvenes de 15 a 29 años de edad. Según el INEGI en 2024, se registraron alrededor de 9 000 casos en México, lo que equivale a un promedio de 25 casos al día. La tasa nacional fue de 6,99 casos por cada 100 000 habitantes, inferior al promedio global de 9,15 de acuerdo la organización mundial de la salud. Las adiciones son otro problema que pueden llevar, sobre todo a los jovenes en caer en esta situación.