Los seguros de retiro están ganando terreno como una opción viable para complementar o compensar las deficiencias del sistema de pensiones actual en México. El notable aumento en su contratación, los beneficios fiscales y las modalidades flexibles los hacen atractivos, especialmente para personas jóvenes proactivas. Frente a las limitaciones de las pensiones públicas y la creciente población de adultos mayores, más mexicanos están recurriendo a seguros de retiro como una alternativa para asegurar su bienestar financiero al jubilarse. Aunque aún incipiente, este mercado está mostrando signos de expansión significativa. Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, solo el 42.2% de los mexicanos de 18 a 70 años tiene una cuenta para el retiro (Afore). El resto no dispone de herramientas formales para esa etapa de la vida. En México, diversas instituciones financieras ofrecen productos para planificar la vejez, entre ellas aseguradoras, bancos, casas de bolsa y sociedades de inversión. De estas, más de 45 instituciones están autorizadas para ofrecer un Plan Personal de Retiro (PPR), según datos de la Condusef. Una encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) determinó que solamente el 32 % de los mexicanos confía en las aseguradoras. Otro 21.6 % no confía en absoluto, mientras que el 42.6 % tiene confianza parcial. Además, hay una alta proporción de mexicanos que desconocen si tienen una póliza contratada (35.7 %), lo cual apunta a una débil cultura de aseguramiento. Los seguros de retiro están ganando terreno como una opción viable para complementar o compensar las deficiencias del sistema de pensiones actual en México.