Abogado revela: EE.UU. nunca probó nexos narcos de Cienfuegos

Las investigaciones sobre las acusaciones que el gobierno estadounidense dirigió en 2020 al general Salvador Cienfuegos Zepeda, exsecretario de la Defensa Nacional, concluyeron que no existía fundamento suficiente para imputarle delito alguno

Así lo aseguró Alejandro Ramos Flores, general de Brigada de Justicia Militar y abogado, quien participó directamente en la defensa del alto mando militar.

Ramos Flores explicó que, la Fiscalía General de la República llevó a cabo una revisión meticulosa del caso, descartando la existencia de pruebas que justificaran emprender acciones legales contra el exfuncionario.

Durante la investigación, las autoridades mexicanas examinaron cada elemento proporcionado por la parte estadounidense y concluyeron que no se encontraron comunicaciones, protección o cualquier tipo de beneficio entregado por Cienfuegos a grupos delictivos.

Además, se verificaron sus declaraciones patrimoniales y no se localizó ninguna irregularidad o ingresos que pudieran interpretarse como resultado de actividades ilícitas.

El caso cobró notoriedad mediática cuando, en octubre de 2020, el general retirado fue detenido en Los Ángeles tras ser acusado de mantener vínculos con la organización criminal conocida como el cártel de los H2, considerada una escisión menor surgida tras la desintegración del cártel de los Beltrán Leyva

Sin embargo, Ramos Flores destacó que la única evidencia presentada por Estados Unidos consistía en mensajes interceptados entre integrantes de esa agrupación delictiva, sin que existiera ningún intercambio directo con Cienfuegos.

Cienfuegos, a lo largo de más de cincuenta años de servicio en las Fuerzas Armadas, nunca había sido objeto de señalamientos por conducta indebida. Esto añadió peso a la defensa que sostuvo que el expediente armado en su contra carecía de pruebas directas y claras.

Para Ramos Flores, participar en la defensa del exsecretario fue motivo de orgullo, pues el análisis del material presentado llevó a la convicción de que no había un solo indicio concreto que acreditara la comisión de delito alguno.