Las lluvias intensas y las ventiscas registradas este verano en Cajeme han generado serios problemas en el suministro de agua potable, debido a los apagones y variaciones de voltaje que afectan el funcionamiento de pozos y plantas de rebombeo. Así lo informó el ingeniero Jesús Antonio Ponce Zavala, director técnico del Organismo Operador Municipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Cajeme (Oomapasc), en entrevista.
De acuerdo con el funcionario, cuando se presentan tormentas o rachas de viento fuertes, el organismo implementa medidas preventivas para proteger la infraestructura, especialmente los motores y equipos de bombeo, tanto de agua potable como de aguas residuales. Una de esas acciones es apagar temporalmente los pozos durante el periodo más intenso de la lluvia, con el fin de evitar daños por variaciones de voltaje.
Ponce Zavala aclaró que esta medida no siempre implica que toda la ciudad se quede sin agua, ya que las plantas urbanas principales, como las que abastecen la zona 1-2 y la zona 3-4, suelen seguir operando. Sin embargo, en el área suburbana es más frecuente que los equipos se apaguen para prevenir daños mayores.
Durante la actual temporada de lluvias, que abarca desde junio hasta mediados de agosto, se han registrado dos precipitaciones significativas, una de 53 milímetros y otra de 25 milímetros, en las que se aplicaron estas medidas de prevención. Cada evento obligó a suspender el funcionamiento de los pozos entre dos y tres horas.
No obstante, las afectaciones por tormentas eléctricas y ventiscas han sido más frecuentes. El ingeniero citó como ejemplo la reciente ventisca que derribó postes de luz cerca de Pueblo Yaqui, dejando sin servicio de energía a pozos y cárcamos en Morelos 1, campo 47, campo 28, el pozo 3 de Pueblo Yaqui, el Cárcamo de Pueblo Yaqui y el pozo Luis Cajeme, entre otros. El caso más crítico fue en la planta de Villa Bonita, que abastece a la colonia y a parte de la comunidad de Esperanza, donde el servicio de energía se restableció hasta las 9:00 de la mañana del día siguiente.
En otra jornada, también por ventisca, se registró una interrupción en el rebombeo de Esperanza que duró dos horas y media.
El funcionario explicó que las reparaciones e inversiones necesarias para mantener operativa la infraestructura representan un gasto millonario. Solo el reemplazo del pozo de Yucuribampo costó 500 mil pesos; el del pozo Severo Girón, 400 mil pesos; y el motor de la planta Hornos, 175 mil pesos, sin contar la herramienta, mano de obra y otros insumos. Además, en lo que va de la temporada se han quemado motores en tres cárcamos y otros equipos debido principalmente a las variaciones de voltaje.
Aunque apagar los pozos no significa un ahorro económico directo, sí evita pérdidas mayores por la quema de motores y bombas, que en eventos anteriores llegó a ser de hasta seis o siete pozos dañados en un mismo periodo.
Ponce Zavala añadió que otro problema que retrasa el restablecimiento del servicio es que muchos usuarios instalan bombas conectadas directamente a la red, lo que provoca que, una vez restablecida la energía, el llenado de las tuberías sea más lento y el agua tarde más en llegar a todos los hogares.
El director técnico subrayó que Oomapasc mantiene comunicación constante con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para reportar de inmediato cualquier falla y localizar rápidamente los puntos afectados, aunque en muchos casos la reparación depende exclusivamente de cuadrillas de la CFE. También señaló que la gerencia de comunicación del organismo mantiene informada a la población en tiempo real sobre cortes y restablecimientos del servicio.