Ante el reciente anuncio del Secretario del Trabajo y Previsión Social, sobre la instauración paulatina de la semana laboral de 40 horas, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA) expresó su respaldo al objetivo de mejorar la calidad de vida de las y los trabajadores, pero también externó preocupaciones importantes sobre el impacto económico y operativo que esta reforma puede acarrear para las empresas, especialmente las micro, pequeñas y medianas (MIPYMES).
A través de un comunicado, el organismo empresarial reconoció la necesidad de impulsar una agenda moderna de derechos laborales que dignifique el trabajo y favorezca el equilibrio entre vida personal y laboral, sin embargo, advirtió que una reforma de esta magnitud debe implementarse con visión estratégica y sensibilidad hacia las capacidades reales de las empresas, que en su mayoría operan con márgenes limitados y escasa posibilidad de ampliar su plantilla laboral.
Asimismo, la Cámara explicó que sectores como la manufactura, agroindustria, comercio, turismo, servicios médicos y seguridad pública tienen dinámicas operativas complejas que dificultan una reducción de jornada sin afectar la continuidad o calidad del servicio.
Otro de los puntos críticos que destacaron fue el riesgo jurídico de modificar un elemento estructural del contrato laboral, como lo es la jornada de trabajo, sin una regulación clara y un acompañamiento legal eficaz para las empresas.
Con un enfoque constructivo, CANACINTRA propuso una ruta que permita avanzar hacia una jornada más humana, comenzando con sectores de mayor formalidad y productividad, siempre con el respaldo del Estado.
Entre las propuestas más destacadas se encuentra la solicitud de incentivos reales y accesibles para las MIPYMES, como:
Reducción de cuotas patronales al IMSS e INFONAVIT, acceso preferente a programas de capacitación, apoyo en automatización y digitalización de procesos productivos