Central Camionera de Navojoa, al borde del colapso: Protección Civil advierte clausura

La Central Camionera de Navojoa, con más de seis décadas de funcionamiento, presenta un deterioro tan avanzado que hoy se considera una estructura en alto riesgo.

El edificio, cuya vida útil ya se cumplió, muestra grietas profundas en muros y techos, y solo permanece en pie gracias a polines de madera colocados de manera provisional, un método que resulta claramente insuficiente ante la magnitud del daño.

A simple vista, las señales de peligro estructural son evidentes: fracturas que recorren las paredes, desprendimientos y zonas debilitadas que podrían colapsar en cualquier momento. Aun así, las operaciones en la central no se han detenido. Cada día, trabajadores de las líneas de transporte y usuarios que acuden a comprar boletos o abordar sus rutas continúan entrando al edificio, pese al riesgo latente.

Protección Civil: "El peligro es eminente"

El jefe de Protección Civil Municipal, Edmundo Valdez, confirmó la gravedad de la situación y advirtió que las acciones correctivas deben comenzar en un plazo no mayor a dos días.

"El peligro es eminente. En dos días deberán iniciar los trabajos de reparación o se tendrá que tumbar todo el edificio. De no ser así, la central será clausurada", declaró Valdez, señalando que la seguridad de trabajadores y usuarios no puede seguir comprometiéndose.

Riesgo diario para cientos de personas

A pesar de las advertencias, la central continúa operando con normalidad. Usuarios frecuentes señalaron que no existen avisos visibles que alerten sobre la situación, mientras que algunos empleados reconocen el temor de que el edificio ceda, pero dependen de sus labores para continuar trabajando.

Autoridades deberán decidir el futuro inmediato del inmueble

La determinación final deberá tomarse en las próximas horas: iniciar las reparaciones, demoler la estructura o proceder con la clausura total. Lo que está claro es que la Central Camionera de Navojoa ha llegado a un punto crítico que no permite más demoras.

Los usuarios y trabajadores esperan que las autoridades actúen con prontitud antes de que una tragedia obligue a cerrar lo que hoy aún puede prevenirse.