Luego de permanecer más de una semana en completa oscuridad y sin comunicación con el exterior, cinco comunidades guarijías del municipio de Álamos han recuperado el suministro eléctrico y el acceso terrestre, tras los severos daños ocasionados por la tormenta tropical Lorena.
Las intensas lluvias provocaron deslaves y la caída de árboles que dañaron caminos y líneas de transmisión eléctrica en la región serrana, dejando a decenas de familias indígenas sin servicios básicos y aisladas durante más de siete días.
El Gobernador Tradicional de la comunidad Makurawe, Héctor Zaila, describió la situación como "crítica", al señalar que durante varios días las comunidades quedaron completamente incomunicadas, sin electricidad, sin señal telefónica y sin acceso a alimentos o agua potable.
"Vivimos días muy difíciles. Estuvimos sin luz, sin poder hablar con nadie afuera, batallando con los moscos, con enfermos que necesitaban atención y con la preocupación constante por nuestros niños y mayores", relató Zaila.
Ante la emergencia, el municipio de Álamos activó protocolos de apoyo y, con el respaldo de autoridades estatales, logró hacer llegar víveres, colchonetas y agua potable a las familias afectadas, sin embargo, las condiciones del terreno dificultaron el acceso, prolongando la espera para muchas personas.
Las comunidades afectadas, ubicadas en la región montañosa, fueron las más golpeadas por el paso de Lorena, quedando expuestas a condiciones adversas, sin medios para pedir auxilio o recibir información sobre la magnitud del desastre.
Personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y cuadrillas de Protección Civil trabajaron durante días para restablecer el servicio eléctrico y despejar los caminos bloqueados por deslaves, permitiendo finalmente que las comunidades volvieran a tener acceso a los servicios básicos.