Miles de fieles de la comunidad indígena yoreme-mayo emprendieron desde la madrugada de este sábado una peregrinación tradicional desde El Júpare, Huatabampo, hasta el centro ceremonial en Etchojoa, para celebrar una de sus festividades más significativas: la fiesta en honor a la Santísima Trinidad.
Esta celebración, que marca el cierre de un ciclo litúrgico y festivo para el pueblo mayo, es más que un acto religioso: es la expresión viva de una identidad que se fortalece año con año entre cantos, rezos, danzas y música tradicional que han sido heredadas de generación en generación.
Uno de los momentos más importantes y simbolismo es el descenso de la imagen sagrada del altar, un acto que se realiza entre lágrimas, oraciones y los sonidos característicos del tambor y el violín.
Representa la cercanía entre lo divino y lo humano, convoca a familias enteras que participan activamente como danzantes, promeseros, y custodios de la tradición.
La Fiesta de la Santísima Trinidad es considerada una de las más grandes del sur de Sonora, y reúne no solo a comunidades locales, sino a visitantes de otros municipios y estados, que se suman por fe o por respeto a esta tradición indígena.
Autoridades, junto a cuerpos de Protección Civil y Seguridad Pública, implementaron operativos especiales para acompañar a los caminantes y garantizar una celebración ordenada y segura, incluyendo puntos de hidratación y atención médica.