Como un año caótico se ha definido este 2025 para el sector ganadero en Sonora, la combinación entre sequía, que mata de sed a los animales y que altera a otros generando ataques de jaurías de perros y lobos; falta de alimento y ahora también el freno a la exportación ha dejado ya números rojos Pero además hay otra amenaza el robo a ganado.
Este año en Sonora, se han contabilizado un total de 15 denuncias por abigeato, podrían ser pocas ante la verdadera realidad que se vive.
Don Teófilo Higuera, quien trabaja en la producción de ganado en la Comisaría de San Ignacio en Navojoa, ya ha sido testigo de innumerables casos de robo, algunos cercanos a la comunidad...
"Aquí cerquita, ahí para el otro lado del Río, antier estaban platicando, se llevaron dos becerros de un corral, aquí a un kilometro, que abuso de llevarse dos animalitos de una gente pobre", narró.
Para los pequeños productores el problema es grave, el costo para mantener un animal en buenas condiciones es más caro que nunca con la sequía y de pronto todo el esfuerzo termina en tragedia, el área rural es el escenario principal de estos robos.
"El problema es que no dejan ni rastro en los corrales donde roban, se los llevan y nadie sabe que hacen con eso", relató.
Otro caso se vivió el pasado domingo, Tomás, un ganadero de 81 años, reportó la sustracción de tres vacas y un toro en el poblado Benito Juárez, también de Navojoa, la Agencia Ministerial de Investigación Criminal logró recuperar las reses a cinco kilómetros del lugar.
Durante el mes de enero se reportaron en Sonora cuatro denuncias por abigeato, cinco más en febrero, tres en marzo y tres más en abril, en al menos cuatro de estos casos, se reportó el uso de violencia.
En el Valle del Yaqui, también hay riesgo, las zonas más afectadas por el robo a ganado en base a las estadísticas son Buenavista, Hornos y el Aguacaliente, siendo los pequeños productores los de mayor impacto.
En 2024 hasta este el mes de mayo se contabilizaban 19 denuncias, según las propias Asociaciones Ganaderas en Sonora, factores como el miedo y la tardía respuesta de las instancias policiacas orillan a que muchos no denuncien.
Se habla de decenas de casos que no se dan a conocer, mientras todo esto sucede, el 50% del hato ganadero ha desaparecido, el 30% de los pequeños productores ya ha renunciado y la actividad en la zona rural poco a poco va desapareciendo.