El campo en Sonora representa la fuente de empleo a más de 420 mil personas directa e indirectamente y es el sustento familiar de muchos, sin embargo, las garantías laborales ha sido el gran reto, el jornalero tiene bajos salarios, ausencia de seguro social y hasta explotación laboral.
En el municipio de Etchojoa se encuentra Don Margarito, dedicó 27 años de su vida al campo, nunca tuvo las mejores prestaciones, pero en su último año trabajando la situación empeoró, el patrón lo dio de baja del seguro social, el pago por su trabajo no llegaba a tiempo y para el colmo su finiquito después de casi tres décadas de trabajo no llegó.
Ahora a sus 65 años de edad, ya retirado del campo, describe que las condiciones no cambian. Es testigo de casos de explotación laboral, muchos trabajan jornadas extendidas y no tienen acceso al seguro social.
"Los regadores no tenían seguro, solo el salario, yo les decía que dijeran algo pero tenían miedo, obvio lo hacían por la necesidad", describió.
Durante los últimos dos años, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos ha emitido apenas 18 recomendaciones por probables violaciones de derechos humanos de jornaleros agrícolas en Sonora lo que hace evidente que pese a las irregularidades por trabajadores del campo no denuncian.
Tan solo en el municipio de Etchojoa en el Sur de Sonora, se cuenta con hasta 40 mil personas que dedican su vida al campo, el 95 por ciento en condición eventual, lo hacen bajo el riesgo de no contar con seguro social o un salario fijo, pese a ser un derecho que les toca.
Durante el 2023, familias de origen tarahumara denunciaron las condiciones infrahumanas en las que trabajaban algunos predios agrícolas. un notorio caso de explotación laboral.
Este mes de octubre inicia en el sur de Sonora el nuevo ciclo agrícola, la esperanza de trabajo y sustento familiar en cualquier momento se puede convertir en pesadilla. Mientras el campo sostiene la economía de Sonora, sus trabajadores siguen esperando que se les reconozca con dignidad, seguridad y justicia.