La vida de Francisco Javier Gámez cambió radicalmente al perder un ojo tras un accidente, donde la varilla de la cortina de un establecimiento se incrustó en su ojo.
"Iba por la banqueta y de repente se mueve la lona tras un fuerte viento, se impactó con mi rostro y se me enterró en el ojo, ahí me quedé tirado con mucha sangre en mi rostro y con el ojo de fuera; Me trasladaron a Hermosillo para que me operaran y me extirparon el ojo", confesó el joven afectado.
Desde entonces se le ha complicado coordinar sus movimientos para realizar sus actividades diarias, e incluso considera que el perder un ojo complicará su oportunidad de conseguir un empleo.
"Este accidente sin duda alguna me complicará encontrar un empleo, pues verán que me falta un ojo", indicó.
Los padres de Francisco son de edad avanzada, su mamá padece diabetes e incluso problemas con su vista, por lo que dependen en gran parte de su hijo.
"Mis padres ya están grandes e incluso enfermos, por eso mi hermano y yo somos los únicos que trabajamos, pero ahorita en esta situación, solo trabaja mi hermano y se nos está complicando", indicó.
Un gran porcentaje del Centro de Navojoa, cuenta con este tipo de cortinas para cubrir a los establecimientos de la luz del sol, pero en caso de un viento fuerte, pudiera ocasionar alguna tragedia, como le ocurrió a Francisco.
Si usted desea apoyar al joven con despensas o la oferta de un empleo, puede comunicarse al teléfono 642 140 1229.