México es el país de los contrastes más marcados, los tintes medios son casi inexistentes y más en temas tan importantes como la natalidad.
Por un lado datos del INEGI señalan que los mexicanos ya no quieren tener hijos, tan sólo de 2023 a 2024 la tasa de natalidad disminuyó un 8.16% sin embargo esta es una tendencia que viene desde el 2020.
¿Dónde está el contraste? Pues a pesar de que la cifras indican que los jóvenes prefieren no tener hijos la tasa de natalidad en adolescentes indígenas ha duplicado el promedio nacional, el mismo INEGI señaló que la tasa de fecundidad en mujeres de 15 a 19 años de este sector social es del 90.03% por cada 1000 mujeres.
¿Por qué? A pesar de la modernidad, en muchas comunidades la desinformación, la escasez de servicios de salud y educación sexual fueron de las principales causas, pues sólo 4 de cada 10 jóvenes con una vida sexual activa señaló usar algún método anticonceptivo, mientras que el 26.2% de las menores dijeron no usar protección porque querían quedar embarazadas.
Y si nos centramos en Puebla, el estado se alzó con el 4o lugar a nivel nacional con casos de embarazos en niñas y adolescentes entre 10 y 17 años, ¡10 años! La Estadística de Nacimientos Registrados contabilizó que de 96 mil 635 nacimientos en 2024 el 6.23% correspondió a madres menores de edad.
En el mismo fue aprobado el aborto legal en el estado y a pesar de eso 374 niñas de entre 10 y 14 años fueron madres, las adolescentes de 17 años concentraron el 46.2% de los casos de embarazos de menores y las de 16 ocuparon en 31.4%.
Este es el resultado de medidas que han fallado y responsabilidades que están en manos de las autoridades pero también de la familia, la educación sobre la sexualidad debe brindarse a todos por igual para que un bebé sea una bendición y no una pena con la que cargar toda una vida.