La iniciativa para cobrar un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas por mexicanos desde Estados Unidos desató un intenso debate en el Congreso estadounidense
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) denuncia que este impuesto es ilegítimo, porque gravar estas transferencias es cobrar sobre el salario ganado con esfuerzo por millones de mexicanos en el extranjero.
El impacto real en México
Estos envíos no solo sostienen a quienes trabajan lejos, sino que representan un apoyo fundamental para las familias en estados como Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Ciudad de México y Estado de México.
Datos clave:
Más de 30 millones de mexicanos laboran en Estados Unidos en sectores como restaurantes, agricultura, construcción, y cuidado de personas mayores.
Desmontando mitos y prejuicios
Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC, subraya que la idea de que estas remesas provienen de actividades ilícitas está muy lejos de la realidad.
Los mexicanos enfrentan distancias, discriminación y condiciones duras para enviar dinero que es usado para:
Más que discutir el porcentaje -1% o 3.5%-, lo importante es entender que cobrar impuestos sobre un ingreso tan legítimo es injusto
Aunque el Senado estadounidense aprobó un impuesto del 1%, para ANPEC esta medida es una ofensa para los trabajadores mexicanos.
Además, la propuesta del gobierno mexicano para reembolsar ese impuesto con dinero público es criticada, pues usar recursos de todos los mexicanos no resuelve el problema de fondo.
Consecuencias que ya se sienten
Las redadas migratorias y el ambiente de miedo han provocado:
Las cifras hablan por sí solas:
Esta situación afecta tanto a México como a Estados Unidos, que dependen de este intercambio económico y laboral