México es el claro ejemplo de "Buenas intenciones, malos resultados" en la toma de decisiones gubernamentales, ahora el nuevo paquete económico para 2026 trae consigo una serie de aumentos a impuestos a ciertos artículos, como los refrescos que verán un incremento de 3.08 pesos por litro, con la premisa de que aumentando el costo bajará el consumo y con ello las enfermedades relacionadas a eso? No lo niego, es una buena intención.
Pero las autoridades en el poder deberían dar una vuelta al pasado, para aprender un poco de viejas experiencias, pues esto no es nada nuevo, en 2014 el gobierno de Enrique Peña Nieto aumentó 1 peso al costo de cada litro de bebida azucarada, sí, para disminuir el consumo y ¿Qué cree?? No funcionó.
Aunque el primer año hubo una reducción de hasta el 9% en el consumo en los hogares, para el segundo año repuntó, pues la industria siempre va un paso adelante? Haga memoria, desde ese momento, comenzamos a ver en aparadores presentaciones más pequeñas hasta de 150 ml y más baratas que le ganaron a la estrategia de las autoridades.
¿Seguro que no funcionó? Sólo mire, en agosto David Kersenovich, secretario de Salud dio a conocer que cada mexicano consume al año 166 litros de refresco, medio litro al día y 7 de cada 10 niños y adolescentes se toma un refresco diario, dejando como consecuencia que el 40% de los menores y el 75% de los adultos padezcan sobrepeso u obesidad.
Aunque no todo fue malo en 2014 , pues en impuestos el gobierno recaudó en ese primer año 18 mil millones de pesos, una cifra nada despreciable.
Eso deja algunas incógnitas, si el aumento a los impuestos, en este caso a los refrescos, no ha dejado beneficios a la salud, pero sí a la entrada del dinero para el gobierno, entonces ¿Con qué intenciones se están haciendo? El tiempo nos lo dirá, Claudia Sheinbaum, aseguró que lo recaudado se inyectara al fondo de salud, entonces bastará con comparar las cifras el siguiente año para saber si esta estrategia va funcionando en temas de salud y no sólo de dinero.