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04 de Julio del 2025
Cultura

Muchos jamones no lo son: así puedes detectarlos fácil

Muchos jamones no lo son: así puedes detectarlos fácil

En los pasillos del supermercado, los refrigeradores exhiben una gran variedad de marcas y precios de jamón



A simple vista, todos parecen similares: color rosado, empaques con imágenes atractivas y etiquetas que suenan familiares. Pero no todos son lo que aparentan.


La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un nuevo estudio para verificar qué productos cumplen con las reglas y cuáles no.



 Lo que encontró fue claro: algunos alimentos que se venden como si fueran jamón, no lo son. Y eso no solo afecta el bolsillo, también la salud



¿Qué descubrió Profeco?

  • Se analizaron 40 productos:

21 jamones comerciales, clasificados por tipo de carne y nivel de proteína.

5 jamones económicos.

13 productos con otras denominaciones, como "embutido cárnico cocido" o "producto cárnico de pavo y cerdo".

1 producto vegano de imitación.


  • 13 de estos productos están fuera de norma, aunque se exhiben justo al lado del jamón y tienen empaques muy parecidos.






Algunos utilizan términos confusos y no pueden demostrar con evidencia por qué no se les debe considerar "productos imitación"



¿Por qué esto es importante?

Porque el jamón, por ley, debe elaborarse con al menos 55% de pierna trasera de cerdo o muslo de pavo, según la NOM-158-SCFI-2003.


Los productos que no cumplen con esto pueden contener cualquier mezcla de carne ?incluyendo pollo, cerdo, pavo o pastas cárnicas? además de aditivos y soya en cantidades variables, sin ninguna obligación de apegarse a estándares nutrimentales específicos.



La proporción del 55% garantiza un mínimo de proteína y una calidad esperada



Clasificaciones del jamón (y lo que significan)

El jamón se clasifica principalmente por su contenido de proteína, grasa y fécula. Dos tipos son los más accesibles para el público:

  • Clasificación Comercial:

12% de proteína libre de grasa

10% de grasa

10% de fécula


  • Clasificación Económica:

10% de proteína libre de grasa

10% de grasa

10% de fécula



Estos elementos influyen directamente en el precio y en el valor nutricional del producto



¿Cómo saber si estás comprando jamón real?

Profeco recomienda:

  • No confiar solo en el diseño del empaque.

  • Leer la etiqueta con atención. Ahí debe indicarse:

El tipo de carne usada (cerdo o pavo)

El porcentaje mínimo de carne (al menos 55% para llamarse "jamón")

La clasificación del producto



Evitar productos con nombres ambiguos, como "embutido cocido" o "producto cárnico"



Independientemente del tipo de jamón, estos productos suelen contener altos niveles de sodio, nitritos y fosfatos, compuestos que, en exceso, pueden representar un riesgo, especialmente para personas con enfermedades cardiovasculares o hipertensión.


Por eso, Profeco también recuerda la importancia de consumirlos con moderación.


Elegir un producto con etiqueta engañosa no solo afecta tu economía -pagas por algo que no es lo que dice ser-, también afecta lo que comes.



Y si el jamón forma parte frecuente de tu dieta o la de tu familia, tener información clara es la única forma de tomar decisiones con criterio





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