El despliegue de fuerzas navales de Estados Unidos frente a Venezuela alcanza niveles históricos, según un estudio del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS)
La llegada próxima del grupo de ataque del portaaviones USS Gerald Ford elevará la presencia militar a trece buques, incluyendo destructores, buques anfibios y un submarino, superando cualquier operación en la región desde la primera Guerra del Golfo Pérsico (1990-1991).
Expertos señalan que el despliegue no está diseñado para una invasión terrestre, sino para operaciones aéreas y ataques con misiles.
Mark Cancian, coronel retirado y analista del CSIS, explicó que "mandas un portaaviones de esta magnitud para usarlo o reasignarlo, no para que esté parado", sugiriendo que la probabilidad de un ataque con misiles sobre Venezuela es elevada.

La flota incluirá helicópteros SH-60R, aviones de combate y más de 700 misiles, incluidos unos 180 Tomahawk de largo alcance, lo que permitiría una campaña aérea de gran escala
Indicadores de tensión
El Caribe ha sido históricamente una región de baja atención para EE.UU., con raras visitas de portaaviones.
La instalación de grandes campamentos militares en Puerto Rico refuerza la idea de que se preparan operaciones significativas, aunque no se han desplazado tropas hacia Venezuela.
Especialistas como Stephen Biddle, de la Universidad de Columbia, destacan que aunque EE.UU. está posicionado para ataques aéreos, no tiene suficiente fuerza para una invasión terrestre con tropas estadounidenses.

Michael Desch, de Notre Dame, compara la situación con la campaña ordenada por Trump contra objetivos hutíes en Yemen, en la que el despliegue de un portaaviones resultó en ataques masivos sin lograr frenar a los insurgentes
Posibles escenarios
El analista del CSIS advierte que la concentración de poder militar genera una situación inestable: "Una vez mandas todo ese poder de combate, o lo usas o lo repliegas a otro punto estratégico".
La comunidad internacional observa la escalada, mientras Venezuela se encuentra bajo la presión de la mayor movilización naval estadounidense en décadas.
