Vestigios coloniales emergen del subsuelo en Veracruz
En 2024, el Ayuntamiento de Veracruz, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), puso en marcha un ambicioso plan para revitalizar el Centro Histórico de la ciudad
Presentado por el INAH, este proyecto no solo impulsa la modernización urbana, sino que ha abierto la puerta a descubrimientos arqueológicos que permiten rastrear más de cinco siglos de historia en la región.
Durante los trabajos, los arqueólogos han supervisado la sustitución de redes de drenaje, agua potable, electricidad y comunicaciones, lo que ha permitido acceder a capas históricas que abarcan desde el siglo XVI hasta la actualidad.
Entre los hallazgos más notables se encuentran restos arquitectónicos y fragmentos de cerámica que evidencian la intensa vida en los alrededores de la plaza principal desde los primeros tiempos del contacto entre culturas.
En abril pasado, por ejemplo, se identificaron vestigios de la cimentación de los muros que protegían la antigua Puerta de México, cerca del Templo de Nuestra Señora de los Dolores, conocido como La Pastora
Estos descubrimientos resultan especialmente valiosos porque la ciudad de Veracruz, durante la época colonial y buena parte del siglo XIX, estuvo rodeada por murallas y solo se podía acceder por mar o a través de contados accesos terrestres.
La Puerta de México era uno de estos puntos estratégicos, utilizada por quienes partían rumbo a la capital del país. Sin embargo, a partir de 1880, la ciudad experimentó una transformación urbana que implicó el derribo de las murallas y la venta de sus piedras, proceso que continuó con la renovación de servicios públicos en las décadas siguientes.
Los materiales extraídos en las excavaciones, aunque en su mayoría son fragmentos de vidrio, cerámica o hueso, tienen un gran valor para los especialistas. A través de ellos, es posible reconstruir aspectos como las rutas comerciales, las costumbres cotidianas, los gustos de la población y la procedencia de los productos utilizados en distintas épocas.
Uno de los hallazgos más curiosos ocurrió en la avenida 5 de Mayo, donde se encontraron restos de muros y cimentaciones que habrían pertenecido a antiguos cuarteles y una prisión militar conectados a la muralla
Además, bajo capas de escombro del siglo XX, aparecieron huesos de bovino fracturados intencionalmente y utilizados como material de relleno para estabilizar el suelo, una práctica común en la ciudad cuando la piedra escaseaba.
Estos restos animales, empleados para dar firmeza y permeabilidad a los patios, también han sido localizados en otros puntos históricos de Veracruz, como el Fuerte de San Juan de Ulúa y la Plaza de Armas.
Todos los objetos recuperados son trasladados a la Ceramoteca del Centro INAH Veracruz, donde se limpian, catalogan y estudian. Así, cada fragmento hallado contribuye a enriquecer el conocimiento sobre la evolución urbana y social de una de las ciudades más emblemáticas de México, mostrando cómo la historia puede revelarse en los detalles más inesperados del subsuelo urbano.
