¿Cuáles son los riesgos de plantar especies de árboles en lugares donde las condiciones son adversas para su crecimiento?
Especialistas que han realizado recorridos por la zona metropolitana han detectado que muchos árboles, particularmente de la especie Cupressus lusitanica, conocida popularmente como cedro blanco, presentan una alta vulnerabilidad al ataque de plagas.
El insecto responsable es el descortezador Phloeosinus sp., que se aloja debajo de la corteza y se alimenta del tejido ?conocido como cámbium? encargado de transportar los nutrientes, lo que finalmente provoca la muerte del árbol.
De acuerdo con César Chávez Nava, consultor ambiental en Querétaro, esta problemática se origina por el estrés fisiológico que sufren los árboles al no estar adaptados al entorno donde son sembrados.
En entrevista para Meganoticias Querétaro, mencionó:
"Cuando se hace una plantación de especies no nativas, las plantas entran en un estrés, estrés porque no comparten, no son especies adaptadas al tipo de clima, al suelo, a la humedad y esas condiciones lo que provoca es que las hace vulnerables al ataque de plagas y enfermedades, son especies no adaptadas. Ese es un riesgo de la introducción de plantas exóticas, no nativas. Esta condición de vulnerabilidad, bueno, pues facilita el ataque de plagas y enfermedades", comentó el especialista.
Como consecuencia, cientos de ejemplares de cedro blanco en la zona metropolitana están en riesgo, ya que las condiciones del entorno no les permiten desarrollarse de manera saludable. Esta situación los vuelve propensos a infestaciones y podría provocar una disminución significativa en su población.
Existen dos síntomas visibles que permiten detectar si estos árboles están infectados: el primero es la presencia de galerías debajo de la corteza, que aparecen como caminos marcados en la zona afectada; y el segundo es la secreción de grumos de resina sobre el tronco en crecimiento, una sustancia de color verde o blanco.
Además, hay medidas que pueden aplicarse para controlar a los insectos descortezadores, que también afectan a otras especies como el cedro limón y el ciprés italiano.
Para combatir esta plaga, puede utilizarse un método mecánico, que consiste en la quema de la corteza infectada. También es viable el uso de endoterapia, una técnica que implica la inyección de compuestos químicos directamente en el árbol, aunque este método se emplea principalmente contra plantas parásitas.
Sin embargo, la principal medida precautoria es no plantar ejemplares exóticos en zonas urbanas, pues especies como el cedro blanco se desarrollan de forma natural en municipios como Pinal de Amoles, donde el clima es más templado y el suelo tiene otras características.
"Precisamente radica en la importancia de que en los programas de reforestación o de plantaciones que se hagan se utilice planta nativa (...). No son especies adaptadas a las condiciones del clima, menos con este cambio climático (...) Y además de los problemas que traen consigo, de que requieren mucha agua, que rompen maquetas, que dañan la infraestructura, que tienen riesgo de desprendimiento como el eucalipto, pues el problema que viene con el uso de estas especies es además que las hace vulnerables al ataque de plagas y enfermedades", agregó.
Actualmente, los cedros blancos se encuentran propensos a infestaciones en la zona metropolitana, lo que podría provocar una reducción importante en su población, comentó César.
Además, su cuidado es prioritario debido a que se trata de una especie protegida, de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010.
Por ello, es necesario reportar cualquier afectación a las direcciones de Ecología o Medio Ambiente de los 18 municipios, o bien a la Comisión Nacional Forestal, llamando al 800 737 00 00.