La Sierra Gorda queretana se ha convertido en una zona de desastre y una prueba de fuego para la capacidad de respuesta interinstitucional. Tras el trágico fallecimiento de un niño de 6 años en Pinal de Amoles, sepultado por un derrumbe, las autoridades han escalado la aplicación del Plan DN-III-E a niveles sin precedentes en la región.
El Ejército Mexicano y la Guardia Nacional mantienen un despliegue masivo de 590 efectivos en la zona ? más personal que en operaciones de seguridad en algunas regiones urbanas ? para contrarrestar la emergencia. La magnitud del desafío se mide en números: 147 viviendas afectadas, 40 tramos carreteros bloqueados y la remoción de más de 3,500 metros cúbicos de escombro y lodo de las vías de comunicación.
Las autoridades advierten que "los deslaves y afectaciones en los tramos carreteros continuarán durante largos periodos" debido a la saturación de humedad en el suelo.
Con 7 máquinas pesadas en constante movimiento y la entrega programada de más de 1,300 despensas, el Ejército, junto con Protección Civil y los gobiernos municipales, continúan los trabajos para proteger a la población de Jalpan, Pinal de Amoles, Peñamiller y otros municipios serranos. La prioridad es evitar más tragedias mientras se lucha contra el incesante poder erosivo de la naturaleza.