El aroma y el color del Día de Muertos ya se sienten en Querétaro. Miles de flores de cempasúchil comienzan a aparecer en parques, plazas y avenidas.
Son 30 mil plantas cultivadas en el vivero municipal con paciencia y dedicación durante semanas, que ahora darán vida a espacios como la Alameda Hidalgo, el Jardín Zenea, Plaza Constitución, Jardín Guerrero y distintos andadores del Centro Histórico.

Más allá del color, cada flor guarda historia. Desde tiempos prehispánicos, el cempasúchil fue considerado la flor del sol; los mexicas la usaban en rituales para honrar a sus dioses y creían que su brillo guiaba el camino de las almas hacia el mundo de los vivos. Su nombre en náhuatl, Cempohualxóchitl, significa "flor de veinte pétalos", una descripción que alude a su abundancia y perfección natural.
Hoy, ese mismo resplandor se mantiene gracias al trabajo silencioso de cerca de 23 personas en el vivero municipal, de las cuales el 85 por ciento son mujeres. Ellas siembran, riegan y cuidan las plantas desde agosto, utilizando un sustrato ecológico elaborado con composta proveniente de las podas del municipio.
El resultado son flores fuertes y luminosas, de seis variedades distintas ?inca naranja, inca amarillo, inca oro, marbel amarillo, marbel naranja y marbel verde?, listas para embellecer la ciudad y acompañar las festividades de los fieles difuntos.
