El sorteo del Mundial de 2026 -un evento deportivo de gran visibilidad que se celebrará este viernes en Washington- se ha convertido en una oportunidad política para el presidente estadounidense Donald Trump, quien atraviesa una etapa de baja popularidad y múltiples fricciones diplomáticas
Más allá del fútbol, el encuentro reúne a los tres países organizadores: Estados Unidos, México y Canadá, cuyos líderes llegan con agendas marcadas por tensiones recientes.
La presencia de Claudia Sheinbaum destaca por una razón clave: será su primer viaje oficial al extranjero desde que asumió la presidencia en octubre de 2024 y su primer encuentro directo con Trump. La mandataria mexicana también sostendrá una reunión breve con el primer ministro canadiense Mark Carney antes de que comience el sorteo en el Centro Kennedy.

Ambos líderes confirmaron su asistencia prácticamente a última hora, un gesto que evidencia la complejidad de la relación trilateral en medio de presiones crecientes de Washington en temas como migración, seguridad fronteriza y comercio
Un T-MEC en riesgo y un clima diplomático tenso
En los últimos días, Trump ha dejado abiertas dudas sobre el futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que debe revisarse en 2026. Insinuó que podría dejarlo expirar para negociar un acuerdo completamente nuevo, una declaración que genera incertidumbre en los gobiernos y sectores productivos de los tres países.
Con Canadá, la relación atraviesa un momento particularmente ríspido: Trump suspendió en octubre las negociaciones comerciales como represalia por un anuncio canadiense contra los aranceles estadounidenses, y meses antes llegó a bromear -fuera de tono- sobre "anexar" Canadá como el estado 51.
La elección de Washington como sede del sorteo también fue decisión directa de Trump, quien trasladó el evento desde Las Vegas. La ceremonia ocurre mientras el presidente intenta recuperar terreno tras derrotas electorales locales y críticas por el aumento del costo de vida.

Trump ha fortalecido su relación con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien ha asistido a varios eventos políticos del mandatario. En el sorteo, Infantino entregará el nuevo Premio FIFA de la Paz, un galardón que algunos observadores creen que podría estar dirigido al propio Trump, aunque no se ha confirmado
Contradicciones entre el espectáculo global y las políticas internas
El evento deportivo coincide con un endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses y acciones militares ordenadas por Trump en el Caribe y el Pacífico, incluyendo bombardeos a embarcaciones acusadas de transportar droga.
Estas decisiones han encendido alertas en el Congreso, que evalúa si algunas podrían constituir violaciones graves.
Organizaciones civiles expresaron preocupación por recibir a millones de visitantes para el Mundial en un país donde, dicen, se están vulnerando procesos legales básicos y se multiplican discursos hostiles hacia comunidades extranjeras.

Esta semana, Trump calificó a la población de Somalia como "basura" y llamó al país uno de los "peores del mundo", comentarios que han generado rechazo internacional