Mientras el problema de la basura crece en muchas ciudades del país, en Querétaro hay quienes, a veces con sueldo, pero en su mayoría sin sueldo, ni apoyo oficial, están evitando que toneladas de residuos terminen en las calles: los pepenadores.
Familias recolectando materiales en la noche, personas mayores con costales, pepenadores separando PET, cartón y latas en la calle o en centros de acopio. Cada noche, cientos de personas recorren colonias buscando entre los desechos lo que puede tener una segunda vida: cartón, aluminio, plástico, papel.
Lo hacen por necesidad, pero también están evitando que esa basura acabe contaminando.
LAS CIFRAS
De acuerdo con datos del INEGI, en Querétaro se generan diariamente un millón 650 mil kilogramos de basura, de los cuales solo el 20% recibe algún tipo de tratamiento. Los residuos alimenticios representan el 50% del total; los pañales desechables, el 11%; y el resto corresponde a materiales como cartón, papel, plástico rígido, vidrio y escombro.
Aunque no existen cifras oficiales sobre cuántos pepenadores operan actualmente en Querétaro, su presencia en la vía pública, especialmente en zonas céntricas, refleja el papel que desempeñan en la recuperación de residuos reciclables como PET, cartón, papel y aluminio.
Organizaciones sociales y colectivos de recicladores han insistido en la necesidad de establecer un modelo de reciclaje inclusivo, en el que los pepenadores puedan integrarse de manera formal a los sistemas municipales de recolección.
Sin embargo, su labor continúa realizándose bajo condiciones informales, sin acceso a seguridad social ni reconocimiento legal. A pesar de que la Ley de Prevención y Gestión Integral de Residuos del Estado de Querétaro ?vigente desde 2004? contempla mecanismos para el reciclaje incluyente, en la práctica, muchos reglamentos municipales limitan o incluso criminalizan su actividad.