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07 de Junio del 2025
Cultura

Supersticiones de México: lo que heredamos sin darnos cuenta

Supersticiones de México: lo que heredamos sin darnos cuenta

México está lleno de leyendas, recetas ancestrales, creencias y supersticiones que se han transmitido de generación en generación



Las supersticiones, definidas por la RAE como "creencias irracionales ajenas a la religión", consisten en atribuir a ciertos hechos consecuencias positivas o negativas, aunque muchas veces desconocemos su origen.


Seguro te ha pasado: caminas y te encuentras con una escalera; recuerdas que alguna vez te dijeron que es de mala suerte pasar por debajo, y decides rodearla sin saber exactamente por qué.


O imagina que estás en tu casa y entra volando una mariposa negra. No es que tengas miedo a las mariposas, sino porque escuchaste que eso puede ser un presagio de algo grave, como la muerte de alguien.



Esa mezcla de temor y respeto nace de esas creencias transmitidas sin que muchas veces las cuestionemos



Estas supersticiones nos las han inculcado sin que nos diéramos cuenta, y a veces las adoptamos como verdades absolutas. No te juzgamos, ¿quién no ha caído en ellas? Pero, ¿qué tal si ahora les damos un vistazo más profundo?


Te contamos de dónde vienen y por qué decimos lo que decimos sobre estas creencias.


  • Pasar debajo de una escalera trae mala suerte



Su origen se remonta al antiguo Egipto, donde una escalera apoyada formaba un triángulo sagrado, y atravesarlo se consideraba una profanación. En la Europa cristiana medieval, este triángulo simbolizaba la Santísima Trinidad, por lo que cruzarlo era visto como un acto sacrílego.


Más allá de lo simbólico, existe también un riesgo físico evidente: al pasar por debajo, podrías provocar un accidente con alguien o algo que esté sobre la escalera.


  • Derramar sal es de mala suerte



La sal ha sido un bien preciado desde al menos el 3500 a.C., utilizada para conservar alimentos y como moneda de cambio. Derramarla implicaba desperdicio, e incluso una falta de respeto hacia los dioses que, según algunas culturas, la ofrecían a los humanos.


En el cristianismo, se vincula con Judas Iscariote, quien, según algunas interpretaciones del cuadro de La Última Cena de Da Vinci, habría derramado sal como símbolo de traición.


  • Ver un gato negro trae mala suerte



En la Europa medieval se asoció a los gatos negros con la brujería y el diablo, creencia que se reforzó durante las cacerías de brujas. Esta superstición persiste en muchos países, al grado de que algunos gatos negros son aún utilizados en rituales esotéricos.


Sin embargo, en otras culturas -como la egipcia, donde eran venerados, o en Japón y el Reino Unido- ver un gato negro se considera señal de buena suerte.


  • Tocar madera para evitar la mala suerte



Esta acción proviene de tradiciones paganas, donde se creía que los árboles estaban habitados por espíritus protectores. Tocar madera era una forma de invocar su ayuda o agradecer su protección.


En el contexto cristiano, también puede interpretarse como un gesto simbólico hacia la cruz de Cristo. En ambos casos, se realiza para no "tentar al destino".


  • Romper un espejo trae siete años de mala suerte



Los romanos antiguos creían que los espejos reflejaban no solo la imagen, sino también el alma. Romper uno significaba dañar el espíritu, y como se pensaba que el alma se regeneraba cada siete años, ese era el tiempo de mala fortuna asignado.


Además, los espejos eran objetos costosos, lo que reforzaba la idea del castigo.


  • Ver una mariposa negra anuncia muerte



El color oscuro y su vuelo sigiloso hicieron que en varias culturas se le relacionara con la muerte. Algunas tradiciones ven en su metamorfosis un símbolo del tránsito hacia el más allá.


Esta asociación permanece hasta hoy, especialmente en zonas rurales.


  • Abrir un paraguas dentro de la casa trae mala suerte



En el antiguo Egipto, abrir un paraguas bajo techo era visto como una ofensa al dios Ra, el dios del sol. En épocas posteriores, como en la era victoriana, abrir un paraguas en interiores se consideraba un riesgo físico, ya que los mecanismos eran pesados y peligrosos.


Con el tiempo, esta advertencia práctica se transformó en superstición.


Aunque muchas de estas creencias tienen siglos de historia, hoy siguen presentes en gestos cotidianos. Algunas las repetimos por tradición, otras simplemente "por si acaso".



Tal vez no sepamos con certeza de dónde vienen, pero ahí están, recordándonos que el pasado no siempre está tan lejos como parece





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