Apicultores logran producción a partir de colmenas instaladas en zona del Río Colorado
Una zona restaurada en el lecho seco del Río Colorado se ha constituido como un espacio para la recuperación de especies vegetales y animales características de ese hábitat natural que durante décadas fue impactado debido a la falta de agua.
Ahí mismo, se ha dado una nueva oportunidad a insectos vitales en los procesos de polinización: se trata de las abejas.
Vado Chaussé se llama esta zona del Río Colorado en la frontera entre San Luis Río Colorado y el Valle de Mexicali, en donde un bosque formado por álamos, mezquites, palos verdes y acacias, además de una diversidad de arbustos, ha sido fuente de alimento y protección para la instalación de colmenas que han sido instaladas por apicultores capacitados en los últimos tres meses .
"Nos emociona ver cómo los aprendizajes de este taller de apicultura pues han transformado ideas en acciones que fortalecen los vínculos de la comunidad, con el río o con la naturaleza".
Quienes fueron capacitados en apicultura son mujeres y hombres que residen en comunidades aledañas a la zona restaurada en el Río Colorado. Ellos están viendo este aprendizaje como una alternativa económica, además de la contribución que hacen al medio ambiente.
"Que sea parte, no, de poder trabajar la miel, poder trabajar con las colmenas y todo, pero pues ahorita apenas estamos empezando, apenas estamos aprendiendo de todo como qué se hace, qué se hace, en qué momento se tiene que revisar, en qué momento hay que cambiar a la reina".
Entre quienes se capacitaron en apicultura, hay residentes del valle que por muchos años se han interesado en contribuir a que el medio ambiente mejore, especialmente cuando se trata de proteger a insectos tan importantes en la biodiversidad como son las abejas.
Hacen falta 2 mil 500 abejas para reunir un kilo de miel, y que cada abeja obrera haga entre 10 y 15 vuelos diarios, volando entre 40 y 100 kilómetros diarios, a una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora, durante al menos 21 días. Durante esos 21 días cada abeja obrera cosechará el néctar de 560 flores al día.
"No nos damos cuenta los humanos, agarramos el litro de miel y no sabemos lo que las abejas trabajaron para producir esa cantidad de miel, verdad, cuántas flores visitaron, cuántos kilómetros volaron y el esfuerzo que hicieron, verdad".
Aprender lo que significa el cultivar a las abejas requiere no de conocimiento especializado, pero sí de dedicación y gusto por el manejo adecuado de estos insectos.
"Pues más que nada no tenerle miedo a las abejas y lo demás con la práctica se va aprendiendo, yo no estudié, lo que sé es pues mirando, es parte de la, tengo la práctica, no la teoría".