El CERESO de SLRC opera al 143% de su capacidad poblacional

En San Luis Río Colorado la situación dentro de su centro de hacinamiento es difícil, pues opera desde hace años bajo una presión constante: más internos de los que puede albergar y un presupuesto que, aun cuando crece cada año, continúa siendo insuficiente para atender las necesidades mínimas de una población penitenciaria que no deja de aumentar.

El Centro de Reinserción Social, ubicado en Avenida Revolución y Calle 35, opera con al menos un 40% de sobrepoblación, que se traduce en alrededor de 200 presos más de su capacidad máxima.

El problema se extiende y agrava si se observa en todo el estado, de acuerdo a la estadística penitenciaria de octubre, Sonora se ubica como el quinto estado de la república con más sobrepoblación en los centros penitenciarios, pues cuando la capacidad de los 13 centros es de 8 mil espacios, se registran más de 15 mil presos, un 88% más de su capacidad.

"En el caso de los estatales hay un claro problema de hacinamiento, por decirte, por cada 100 espacios disponibles hay 140 reos"

Los procesos judiciales forman parte de este problema de sobrepoblación en las cárceles, el INEGI reportó en 2024 en el CERESO de San Luis Río Colorado que de 723 presos que había 284 estaban en prisión preventiva sin recibir sentencia y que el 14% de la población tenían más de un año esperando sentencia.

Respecto al presupuesto que se asigna en el estado para el sistema penitenciario, si bien ha incrementado, parece que en su ejercicio no da los resultados que debería.

Más de la mitad del presupuesto se destina al pago del personal y de lo que está destinado para materiales y suministros, alrededor del 90% se va en alimentación para los internos.

"Tienen problemas muy fuertes de infraestructura, no solamente en celdas, en comedores, en los talleres, también tienen procesos obsoletos para el control? lo cual ha provocado que en ocasiones haya fugas"

Aunque la crisis del sistema penitenciario es nacional, en San Luis Río Colorado tiene un impacto directo y cotidiano. El penal opera al límite, con más internos que camas disponibles y un presupuesto que no alcanza para garantizar condiciones dignas ni seguridad plena. La sobrepoblación no sólo incide en la calidad de vida de las personas privadas de la libertad, sino también en la capacidad del personal para mantener el orden y prevenir incidentes.