Las remesas enviadas a México registraron una caída del 5.5% durante los primeros siete meses de 2025, sumando 34 mil 889 millones de dólares, informó este lunes el Banco de México (Banxico).
La disminución se da en un contexto de una política migratoria más restrictiva en Estados Unidos, principal origen de estos envíos.
Solo en julio, México recibió 5 mil 330 millones de dólares en remesas, lo que representa una caída mensual de 4.7% y un retroceso interanual de 1.3%. En comparación con los primeros siete meses de 2024, México captó 2 mil 030 millones de dólares menos, ya que en ese periodo las remesas sumaron 36 mil 919 millones de dólares, un récord histórico para un lapso similar.
Las remesas representan casi el 4% de la economía mexicana y su importancia se refleja en el día a día de millones de familias. Por ejemplo, un trabajador migrante que enviaba 394 dólares al mes a su familia ahora remite 392 dólares en promedio. En total, se realizaron 89 millones de transferencias, un 4.9% menos que el año pasado, y 99.1% de ellas se hicieron electrónicamente, mostrando la preferencia por medios seguros y rápidos.
Esta tendencia a la baja se suma a descensos previos: en junio se registró una caída histórica del 16.2%, la mayor en trece años, y en mayo la disminución fue de 4.4% interanual. Aunque México acumuló once años de incrementos consecutivos en remesas, tras un récord de 64 mil 745 millones de dólares en 2024, la racha de 46 meses de crecimiento mensual se interrumpió en marzo de 2025 con el inicio del segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos.
El flujo de remesas aumentó notablemente al inicio de la pandemia de covid-19, cuando muchas familias mexicanas dependieron de estos envíos para cubrir necesidades básicas como alimentos, renta o medicinas. En 2024, el país recibió 64 mil 745 millones de dólares, un aumento del 2.3% respecto a 2023, consolidando su posición como el segundo mayor receptor de remesas del mundo, solo detrás de India.
En junio pasado, el Gobierno de Estados Unidos anunció un impuesto del 1% a las remesas enviadas en efectivo, giros postales, cheques de caja u otros instrumentos similares. En respuesta, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, implementó un programa para reembolsar a los connacionales el monto que pagarán por enviar dólares y criticó la medida por considerarla una violación al tratado bilateral de 1994 contra la doble tributación.
Los mexicanos representan casi la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos, y sus remesas son un motor clave de la economía. El impacto de la política migratoria se refleja en la vida cotidiana de familias que dependen de estos ingresos para vivienda, educación y alimentación. Por ejemplo, una familia en Oaxaca puede destinar estos recursos a pagar la colegiatura de sus hijos y comprar alimentos básicos, mientras que una familia en Zacatecas los usa para mejoras en su vivienda.
Con la reducción de las remesas, México enfrenta un desafío económico y social que afecta a millones de hogares, al tiempo que se mantiene la expectativa sobre las decisiones migratorias y fiscales de Estados Unidos que podrían estabilizar o seguir presionando este flujo de recursos vitales.