Tras la declaración de la fase 2 por la contingencia del COVID-19 en México y el anuncio del paro de labores a nivel nacional, algunas empresas y dependencias gubernamentales ya han suspendido sus actividades y enviado a sus trabajadores al hogar para resguardarse durante la cuarentena.
Sin embargo, existe incertidumbre por parte de empresarios y trabajadores sobre el mecanismo de pago, ya que a pesar de que el gobierno federal ordeno el paro de labores, no especifico el marco jurídico en el cual los patrones deberán pagar los salarios a sus empleados. Así lo comenta el abogado Miguel Sandoval, quien apuntó que esto generara una afectación general, tanto en los trabajadores como en los empresarios, ya que en ambos se verán disminuidos sus ingresos por la falta de producción. Mientras la pandemia del coronavirus cobra más fuerza en el país, la crisis económica comienza ya a impactar en las familias mexicanas, ya que muchas empresas están enviado a sus trabajadores a cuarentena, sin ningún tipo de incentivo o pago por salario, únicamente bajo la consigna de que no serán despedidos. Sin embargo, esto ha generado desacuerdos entre los pequeños comerciantes y las personas que a diario tienen que salir a las calles para conseguir el ingreso diario, ya que, a diferencia de otros países, en México, la mayoría de las personas viven al día y solo unas pocas familias tienen la cultura del ahorro o cuentan con los ingresos suficientes como para ahorrarlos. Es decir, que la operación económica de ingresos, quedaría anulada, pero la operación de egresos, seguirá generando la salida de dinero, lo que contablemente pudiera llevar a las empresas a la quiebra. Esto, ya comienza a hundir a los trabajadores en la incertidumbre financiera, pues muchos de ellos, temen quedarse sin ingresos al ser suspendidas las actividades dentro de sus empresas y en el peor de los escenarios, tienen temor de perder sus empleos. Por su parte, los empresarios, están a la espera de algún incentivo por parte del gobierno federal, para soportar la contingencia y no caer en una crisis financiera que pudiera llevarlos a la quiebra o al despido masivo de miles de trabajadores.