Estuvo activo en la educación por más de 40 años; ahora es historiador
"Acaso piensas tú que me equivoco, acaso por ser niño te extraña mucho, el soberano impulso que mi alma enciende, por los que no trabajan, trabajo y lucho, si el mundo no lo sabe, Dios me comprende".
Apasionado de la poesía, de la lectura, de la educación y de la historia, así es nuestro personaje de hoy.
El profesor Severiano García Barba nació en Sahuaripa, Sonora, un 12 de junio de 1938.
A pesar de las carencias económicas, define su infancia como un periodo de felicidad, entre juegos y las clases de canto donde aprendió la música y letras de las canciones de Francisco Gavilondo Soler "Cri-Cri".
"En el pueblo los niños eramos felices también porque al anochecer nos salíamos a la calle a jugar (...) teníamos reuniones en el barrio (...) especialmente en las noches de primavera que no hacía mucho frío".
Cuando estaba por cumplir 17 años, Severiano terminó la educación Secundaria en su natal Sahuaripa y de inmediato solicitó trabajo como maestro en Ciudad Obregón, cabecera municipal de Cajeme, lugar que era totalmente desconocido para el joven docente, pero eso no fue un obstáculo para que emprendiera esa aventura de ser profesor.
Además, esa primera incursión en la tarea de enseñar la realizó en la legendaria escuela primaria Carlos Martínez Calleja.
"Que estaba en el centro de lo que era Ciudad Obregón, era una de las escuelas importantes de Ciudad Obregón (...) el primer año de trabajo tuve mucho apoyo de la maestra Carmen Sánchez que era la directora de la escuela".
Nuestro personaje de hoy recuerda con nostalgia esos primeros años en la docencia y el empeño que ponía para dar sus clases, ya que tenía además la inspiración de familiares que habían sido profesores. Su tarea en el aula fue reconocida ya que siempre se preocupó por elaborar material didáctico que facilitara el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Con el tiempo, Severiano García empezó a acudir a la Escuela Normal a Hermosillo, Sonora, durante periodos vacacionales para mejorar su preparación como docente, lo cual le llevó cuatro años, pero su deseo de profesionalizarse no quedó ahí.
"En 1965 me fui a México a estudiar la Normal Superior porque quería entrar a trabajar en escuela secundaria (...) ya había trabajado 15 años como maestro de primaria y había sido director también de una escuela nocturna".
El profesor Severiano García ingresó en 1972 como maestro a la Secundaria #22 Miguel Hidalgo y Costilla, de donde se jubiló del trabajo en la docencia en 1990.
Sin embargo, a pesar de jubilarse decidió solicitar trabajo en el Colegio de Bachilleres, escuela que inició en San Luis en 1986. En ese plantel educativo desempeñó el puesto de prefecto, siendo de hecho el primero de su tipo en los colegios de bachilleres de Sonora.
Durante su trayectoria como docente, son muchas las satisfacciones que tuvo.
"Desde que fui maestro de primaria y de secundaria fui feliz porque yo quería muchos a los alumnos, pobres o ricos yo los quería igual, y yo sentía igual que ellos me querían".
No solo en la docencia se ha desarrollado Severiano García Barba. A sus casi 87 años sigue activo, pero ahora lo hace en el estudio de la historia local.
Como legado para las futuras generaciones, en 2024 editó un libro que condensa los datos más importantes sobre San Luis Río Colorado y de México.
Como parte de su experiencia y filosofía de vida, Severiano García Barba envía un mensaje a la comunidad sanluisina.
"Que lo que están haciendo lo hagan con mucho amor y mucha entrega en el trabajo, que recuerden a aquel hombre el sembrador, que a mí me gusta mucho ese poema el sembrador porque nos invita a ayudar a la gente".
Y así, Severiano García nos recuerda un poco de la filosofía de el sembrador:
"Hay que vivir la vida, niños, hay que vivir la vida sembrando amores, con la vista y el alma siempre en la altura, dijo aquel hombre (...) hay que seguir sembrando, hay que seguir sembrando, siempre sembrando".