En distintos pueblos originarios de Sonora y Sinaloa persiste la tradición relacionada con la Cuaresma y Semana Santa manifestada en los denominados "fariseos", miembros de las etnias que personifican el Mal para evitar que Jesús cumpla con su ayuno de 40 días, pero al mismo tiempo ofrecen ellos mismos una promesa o "manda", según lo explica un antropólogo sonorense.
El profesor e investigador agregó que entre los Yaquis se les llama "Chapaiekas", y entre otros pueblos son conocidos como fariseos, quienes prometen apartarse de la vida cotidiana, abandonan familia y comodidades y ofrecen actividades a cambio de donaciones para entregarlas en sus comunidades en Semana Santa.
Es por ello que no deben hablar con nadie, ni salir con mujeres, ni quitarse la máscara y deben recibir el dinero de espaldas a los donantes, meterlo en una cajita de madera y no meterse a los comercios a pedir. Hoy en día, que la tradición se encuentra viva aún en Tucson y Phoenix, Arizona y en ejidos de Mexicali, Baja California.