La relación entre Estados Unidos y México atraviesa una etapa de cooperación tensa. Mientras la Casa Blanca elogió la coordinación con el gobierno de Claudia Sheinbaum, también insistió en que México debe intensificar su lucha contra los cárteles
Durante una conferencia en Washington, la portavoz Karoline Leavitt aseguró que el presidente Donald Trump "respeta mucho" a la mandataria mexicana y "aprecia la coordinación" entre ambos gobiernos.
Sin embargo, subrayó que la Casa Blanca sigue presionando para que el país vecino haga "más" para frenar el tráfico de drogas.

"Estamos colaborando en todo lo que podemos, pero la expectativa es que México asuma un papel más activo", señaló
Rumores de ataques militares y la respuesta mexicana
Las declaraciones de Leavitt surgieron tras un reportaje de la cadena NBC, que reveló supuestos planes de ataques con drones de Estados Unidos contra laboratorios y líderes del narcotráfico en territorio mexicano.
Según la cadena, la operación formaría parte de una estrategia militar más amplia contra el narcotráfico en el Caribe y el Pacífico.
Desde Palacio Nacional, Sheinbaum rechazó tajantemente la posibilidad. "No va a ocurrir", afirmó durante su conferencia matutina.
Explicó que ambos países ya cuentan con un acuerdo de seguridad conjunto, trabajado durante meses y firmado con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio. "Seguiremos trabajando dentro de ese marco de entendimiento", añadió.

La presidenta mexicana también reveló que Washington ha ofrecido en distintas ocasiones enviar tropas estadounidenses para combatir la delincuencia, propuesta que su gobierno ha rechazado de manera sistemática
Entre la cooperación y la soberanía
Pese a las tensiones, la Casa Blanca insiste en que su objetivo no es intervenir en el gobierno mexicano, sino "combatir el crimen organizado de forma conjunta".
Leavitt incluso se refirió al reciente asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, como ejemplo de los retos compartidos, y reiteró que Estados Unidos "condena toda forma de violencia política".

La relación entre ambos países parece moverse entre la colaboración diplomática y la presión militar, en un terreno donde la frontera entre seguridad y soberanía se vuelve cada vez más delgada