Han transcurrido 64 días desde el brutal asesinato de Astrid Cruz y su hijo Fernando, ocurrido el 3 de marzo de 2025 en Zapopan, Jalisco, un crimen que ha conmocionado a la sociedad y que aún permanece impune. El principal sospechoso, Eduardo Salvador "N", expareja de Astrid, continúa prófugo mientras familiares, colectivos y ciudadanos exigen justicia.
Eduardo Salvador "N" tiene antecedentes graves: en 2004 fue condenado por el feminicidio de una anterior pareja en Culiacán, Sinaloa, y aunque fue sentenciado a más de 24 años de prisión, salió libre en 2020. Hoy, es buscado por la Fiscalía con sospechas de que podría ocultarse en Ciudad de México o Sinaloa. Testimonios apuntan a que, tras el crimen, empeñó objetos de valor pertenecientes a Astrid.
Francisco Armenta, padre de la niña sobreviviente y del adolescente asesinado, ha expresado públicamente su dolor e indignación. En declaraciones recientes, reveló que Astrid ya había manifestado su intención de terminar la relación con Eduardo, quien mostraba comportamientos violentos y controladores. Francisco también denunció que Eduardo empeñó pertenencias de Astrid, lo cual refuerza la hipótesis de que el crimen fue premeditado y motivado por una dinámica de control y apropiación. Lo que más lamenta, sin embargo, es la decisión judicial que le quitó la patria potestad de sus hijos para entregársela a Astrid, decisión que considera no solo injusta, sino trágica.
El caso se ha convertido en un símbolo de las fallas del sistema judicial y de protección hacia mujeres y menores. Organizaciones feministas también han señalado a Eduardo Salvador "N" como un feminicida serial, exigiendo que se le procese por múltiples crímenes contra mujeres. La hija menor de Astrid, de 9 años, sobrevivió al ataque. Actualmente se encuentra fuera de peligro físico, pero recibe atención psicológica especializada para enfrentar las secuelas del violento episodio.
El caso sigue abierto, con una sociedad vigilante y un padre que no dejará de exigir justicia para sus hijos. La presión pública crece, y con ella, la urgencia de que las autoridades capturen a Eduardo Salvador "N" y respondan por las omisiones institucionales que pudieron evitar esta tragedia.