El obispo Enrique Díaz Díaz advirtió sobre la creciente violencia que afecta a estados como Guanajuato y Michoacán, una realidad que no puede ocultarse con cifras maquilladas, consideró alarmante el nivel de impunidad que se ha generado y la frecuencia con que autoridades y ciudadanos son víctimas del crimen organizado.

El prelado expresó preocupación por el asesinato de alcaldes y funcionarios en Michoacán, así como por los constantes hechos violentos en Guanajuato, señaló que la inseguridad se ha extendido a todos los sectores de la sociedad y que la respuesta institucional ha sido insuficiente.
También lamentó que algunos de los hechos recientes involucren a menores de edad, como el asesino del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, lo que calificó como un reflejo del deterioro social y de la falta de oportunidades.
Enrique Díaz señaló que la sociedad no puede permanecer indiferente y pidió acciones urgentes a las autoridades para frenar la violencia y la impunidad.