¿Cómo nos está desplazando la Inteligencia Artificial?

La inteligencia Artificial (IA) es una rama de la tecnología que busca crear sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren la inteligencia humana. Estas tareas pueden incluir: aprender, razonar, reconocer imágenes, voces o patrones, tomar decisiones y entender y generar lenguaje. Sin embargo, también implica una serie de riesgos que deben ser atendidos.

La IA tiene un impacto ambiental real y cada vez más relevante ya que depende de centros de tatos que funcionan 24/7 (servidores, refrigeración, almacenamiento, redes) eso implica un consumo eléctrico enorme. Un informe reciente estima que los centros de datos en su conjunto consumieron en 2024 unos 415 teravatios-hora (Twh) de electricidad a nivel global; se proyecta que ara el 2030 este consumo podría acercare a los 945 Twh, casi duplicando la demanda actual, debido al crecimiento de cargas de trabajo de IA. Con base en estos datos, los principales riesgos ambientales del uso masivo de la IA son: aumento de la huella de carbono global, demanda de electricidad, sobreexplotación de agua, generación de desechos electrónicos y residuos de hardware.

La inteligencia Artificial está transformando profundamente las profesiones, automatizando tareas que antes dependían del trabajo humano. En áreas como la administración, el diseño, la atención al cliente y la producción industrial, la IA ya realiza actividades repetitivas, de análisis o procedimientos de mayor rapidez. Esto provoca que ciertos puestos se reduzcan o cambien de función, obligando a los trabajadores a actualizar sus habilidades para no quedar rezagados.

El uso de esta herramienta en la educación puede afectar negativamente el aprendizaje de los estudiantes al generar una dependencia tecnológica que reduce su capacidad de pensar por sí mismos. Alrededor del 86% de estudiantes a nivel global usan herramientas de IA en sus estudios; de estos, cerca del 54% la usan de forma semanal. Con más de la mitad de estudiantes usando IA semanalmente, herramientas como generación automática de texto, resúmenes o ayuda con tareas se vuelven una parte rutinaria de aprendizaje. Esto puede debilitar la práctica de habilidades fundamentales como redacción, análisis crítico o solución independiente de problemas.

Al final, esta tecnología nos obliga a tener una responsabilidad de como debemos utilizarla. La IA puede ser una aliada poderosa, siempre y cuando se utilice con criterio, ética y visión de futuro.