Hace dos semanas se suspendió la matanza de reses y cerdos en el rastro municipal, esto ha afectado la economía y el tiempo de los tablajeros; según algunos carniceros, el comprarle a empacadoras el producto cárnico o trasladarse a municipios aledaños a llevar a cabo la matanza les ha incrementado los gastos hasta en un 30%.
Tablajeros señalaron que la administración municipal debe agilizar la reapertura del rastro, ya que a pesar de que el pasado 31 de octubre la alcaldesa Beatriz Hernández se comprometió en darles una solución, no han recibido resultados.
Hasta el momento las afectaciones no han sido tan marcadas, sin embargo, en días próximos esperan sufrir consecuencias como el incremento del costo del producto por su demanda.
Cabe mencionar que el rastro fue cerrado por la falta de mantenimiento en las instalaciones, además de que no ha sido aprobada la modificación al presupuesto de egresos por los integrantes del ayuntamiento.