Más allá del efecto mediático y nacionalista que ha generado hondear la bandera de México, en medio de los disturbios que se han generado en torno a las protestas en contra de redadas antiinmigrantes y el despliegue militar en Los Ángeles, California, las consecuencias han ido en contra de los propios activistas e indocumentados.
Activistas señalan que ello reafirma el estereotipo de violencia, desobediencia civil e inseguridad que motivó al presidente de los en los Estados Unidos Donald Trump a intensificar la caza de ilegales y ciudadanos hispanos que cuentan ya con su residencia.
En algunos sectores de Estados Unidos, ondear la bandera de otro país, especialmente en manifestaciones o protestas, puede ser visto como una falta de respeto o un desafío a la identidad nacional estadounidense. O bien a lgunos políticos y grupos conservadores podrían usar la presencia de la bandera mexicana en protestas como una forma de alimentar la narrativa de una "invasión" o de falta de lealtad a Estados Unidos por parte de inmigrantes mexicanos.
En un clima social donde existe hostilidad hacia los inmigrantes, la bandera mexicana podría ser percibida como un símbolo de división o de amenaza aunque también puede ser vista como una celebración de la diversidad y la riqueza cultural.