Diabetes, enfermedad común pero prevenible

La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o no puede utilizarla correctamente, provocando que la glucosa (azúcar) se acumule en la sangre. Una glucosa en ayuno mayor a 100 miligramos por decilitro ya se considera sospechosa, y un resultado de 126 mg/dl o más confirma el diagnóstico de diabetes.

La diabetes se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública en México. En Salamanca, 3,586 personas viven con esta enfermedad, de las cuales el 74 % presenta un impacto de salud medible. (Fuente: Secretaría de salud)

En lo que va del año, se han realizado 20,250 detecciones de glucosa en la población salmantina, de las cuales 2,116 resultaron positivas, lo que representa un 10 % de nuevos casos. De ese total, 226 personas ya han iniciado tratamiento médico.

Existen tres tipos principales de diabetes:

• 1. Tipo 1: El páncreas no produce insulina. Suele aparecer en la infancia o adolescencia y requiere tratamiento con insulina de por vida.
• 2. Tipo 2: El cuerpo no utiliza la insulina de forma eficiente. Es la más común y está relacionada con malos hábitos alimenticios, sobrepeso y sedentarismo.
• 3. Gestacional: Se presenta durante el embarazo y, aunque suele desaparecer tras el parto, aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.

Los alimentos azucarados, como pan dulce, cereales refinados, chocolates y refrescos, son los principales detonantes del aumento de glucosa en sangre. Por el contrario, una dieta basada en alimentos altos en fibra, verduras y frutas frescas ayuda a mantener niveles saludables de azúcar y a prevenir complicaciones.

De acuerdo con especialistas, el hábito alimenticio y la falta de ejercicio son los principales retos para controlar la enfermedad. Adoptar un estilo de vida saludable, con actividad física regular y una alimentación balanceada, puede reducir significativamente el riesgo de padecer diabetes tipo 2.

Aunque la diabetes no tiene cura, sí puede controlarse y prevenirse. La educación en salud, la alimentación adecuada y el ejercicio constante son la base para mejorar la calidad de vida de quienes viven con esta condición y reducir su impacto.