El aislamiento social es la falta de interacción con otras personas y la desconexión de la vida social, ya sea por elección propia o por factores externos. Aunque los videojuegos pueden ser una forma de entretenimiento y socialización en línea, su uso descontrolado puede llevar a la desconexión del mundo real, afectando las relaciones familiares y amistades.
Expertos señalan que los jugadores compulsivos suelen reemplazar las interacciones cara a cara con experiencias virtuales, lo que puede provocar dificultades para desarrollar habilidades sociales. Además, el tiempo prolongado frente a la pantalla puede generar problemas emocionales, como ansiedad y depresión.
Según datos recientes en México, alrededor del 20% de los adolescentes presentan síntomas de aislamiento debido al uso excesivo de videojuegos. Para evitarlo, es fundamental que los padres establezcan límites de tiempo, fomenten actividades fuera de la pantalla y promuevan la convivencia familiar.
El equilibrio entre el mundo virtual y la vida real es clave para un desarrollo saludable.