La familia y los amigos juegan un rol fundamental en la prevención del suicidio. Su presencia, escucha y acompañamiento pueden convertirse en la diferencia entre la desesperanza y la posibilidad de encontrar ayuda.
Los especialistas en salud mental destacan que el primer círculo de apoyo de una persona en crisis es su entorno cercano. La empatía, el diálogo abierto y la ausencia de juicios son elementos clave para que alguien que atraviesa un momento difícil se anime a expresar lo que siente.
Detectar señales de alerta como cambios drásticos en el comportamiento, aislamiento, pérdida de interés en actividades cotidianas o expresiones relacionadas con la muerte es vital para brindar apoyo oportuno. En estos casos, lo más recomendable es escuchar sin minimizar el dolor, ofrecer compañía y, cuando sea necesario, orientar hacia la atención profesional.
La prevención no consiste en tener todas las respuestas, sino en estar presentes. Un abrazo, una llamada o una conversación sincera pueden representar un alivio enorme para quien se siente atrapado en la soledad.