La extorsión se ha convertido en una amenaza cotidiana para los pequeños comerciantes en México. De acuerdo con un reporte reciente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), cinco de cada diez pequeños negocios han sido víctimas de este delito, lo que refleja una preocupante normalización de la violencia económica en el país.
El informe, basado en encuestas realizadas a lo largo del primer semestre del año, revela que el cobro de piso, amenazas telefónicas y visitas intimidatorias son algunas de las principales formas de extorsión que enfrentan los comercios locales. La mayoría de los afectados son tiendas de abarrotes, misceláneas, carnicerías, papelerías y otros establecimientos familiares que forman parte del tejido económico y social de los barrios.
"Este fenómeno ha dejado de ser aislado para convertirse en un patrón sistemático de abuso contra los pequeños comerciantes", declaró Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC. "Muchos se ven obligados a pagar cuotas a grupos criminales bajo amenaza de violencia, lo que reduce sus ingresos y pone en riesgo su integridad y la de sus familias".
Además del daño económico, el informe subraya el impacto psicológico que esta situación genera: miedo constante, ansiedad y una pérdida generalizada de confianza en las autoridades. De hecho, el 75% de los encuestados afirma no denunciar por temor a represalias o por desconfianza en el sistema judicial.
La ANPEC hizo un llamado urgente al gobierno federal y a los gobiernos estatales para implementar políticas públicas efectivas que protejan a los pequeños comerciantes y combatan la impunidad. Entre las propuestas se incluyen: fortalecer la presencia policiaca en zonas vulnerables, establecer líneas de denuncia anónima seguras, y brindar apoyo psicológico y jurídico a las víctimas.
En un contexto económico ya debilitado por la inflación y la informalidad, la extorsión representa una barrera más para la supervivencia del comercio local. Si no se toman medidas inmediatas, advierte la ANPEC, la amenaza de la delincuencia organizada podría provocar el cierre masivo de miles de negocios y una mayor descomposición del tejido social.