Hábitos que pueden ayudar a prevenir el cáncer de próstata

El cáncer de próstata es uno de los más frecuentes entre los hombres, especialmente a partir de los 50 años. Aunque no existe una forma absoluta de prevenirlo, numerosos estudios sugieren que ciertos hábitos pueden reducir el riesgo y favorecer una mejor salud prostática. Adoptarlos de manera constante puede marcar una diferencia significativa.

Mantener una alimentación equilibrada es uno de los factores más importantes. Se recomienda priorizar frutas y verduras ricas en antioxidantes, como tomates, brócoli, uvas y vegetales de hoja verde. El licopeno, presente en el tomate, ha sido asociado con beneficios para la próstata. También es importante reducir el consumo de carnes rojas, grasas saturadas y alimentos procesados, reemplazándolos por granos enteros y grasas saludables.

La actividad física regular contribuye a mantener un peso adecuado y a mejorar la función hormonal, lo que puede disminuir el riesgo de cáncer. Bastan 150 minutos de ejercicio moderado por semana, ya sea caminata rápida, bicicleta, natación o entrenamiento de fuerza.

Mantener un peso saludable también es clave, ya que la obesidad se relaciona con formas más agresivas de la enfermedad. A esto se suma la recomendación de limitar el consumo de alcohol y evitar el tabaco, dos factores que influyen en la salud general y en la probabilidad de desarrollar distintos tipos de cáncer.

Los chequeos médicos periódicos siguen siendo fundamentales. Las pruebas como el antígeno prostático específico (PSA) y el examen rectal pueden ayudar a detectar problemas de manera temprana, especialmente en hombres con antecedentes familiares.

Finalmente, reducir el estrés, dormir bien e hidratarse adecuadamente favorecen el equilibrio general del organismo y apoyan la salud prostática. Adoptar estos hábitos es una inversión en bienestar presente y futuro.