Lactancia materna, pilar de la vida

La lactancia materna es una etapa esencial durante el primer período de vida del ser humano, considerada la forma más eficaz y natural de proporcionar todos los elementos nutritivos, inmunológicos y emocionales que el bebé necesita. Esta práctica no solo aporta los anticuerpos necesarios para mantener al lactante sano, sino que también fortalece el vínculo afectivo entre madre e hijo.

Los organismos de salud internacionales recomiendan que la lactancia materna sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida y que se continúe, junto con la alimentación complementaria, hasta los dos años o más, según lo desee la madre y el niño.

Una correcta posición y técnica de agarre son fundamentales para evitar molestias como el dolor en los pezones y favorecer una producción de leche adecuada. Se sugiere que la cabeza del bebé esté alineada con el pezón y su cuerpo orientado completamente hacia el de la madre, asegurando así una succión efectiva y cómoda para ambos.

Además, es importante que las madres aprendan a identificar cuándo el bebé tiene hambre, lo que puede manifestarse con señales tempranas como movimientos de succión, búsqueda activa del pecho o inquietud. También deben conocer técnicas para la extracción y conservación de la leche materna, lo cual permite mantener la lactancia incluso cuando la madre no está presente, asegurando así una nutrición continua.

Una lactancia exitosa requiere información clara, acompañamiento adecuado y el reconocimiento del valor incalculable que esta práctica representa para la salud y el desarrollo integral de la infancia