Los jóvenes egresados enfrentan grandes desafíos para conseguir su primer empleo

Concluir una carrera universitaria no garantiza la inserción inmediata al mundo laboral. Cada año, miles de jóvenes egresados en México enfrentan serias dificultades para obtener su primer empleo formal, debido a la exigencia de experiencia previa, salarios iniciales bajos y una limitada vinculación entre universidades y empresas.

Diversas encuestas apuntan a que un alto porcentaje de recién graduados tarda más de seis meses en colocarse laboralmente, y muchos terminan en empleos que no corresponden a su formación, lo que genera sobrecualificación y condiciones laborales poco favorables. Incluso, una proporción considerable se integra al mercado laboral de manera informal, sin prestaciones ni seguridad social.

Ante esta situación, especialistas destacan que las prácticas profesionales se han convertido en uno de los mecanismos más efectivos para facilitar la transición de los jóvenes hacia su primer empleo, pues permiten adquirir experiencia real y generar los primeros contactos profesionales.

En este sentido, Anselmo Conejo, presidente en Innovación e Investigación de Empresas en Salamanca, señaló que es fundamental fortalecer la relación entre instituciones educativas y el sector productivo. Destacó que la colaboración temprana ayuda a que los estudiantes egresen con mayores oportunidades de contratación y con competencias más alineadas a las necesidades reales de las industrias. 

Expertos proponen reforzar los convenios entre universidades y empresas, impulsar ferias de empleo efectivas, crear programas de mentoría empresarial y promover proyectos académicos vinculados con casos reales de la industria. Asimismo, sugieren que las empresas cuenten con esquemas permanentes de prácticas y estancias profesionales que funcionen como semillero de talento.