Después de casi 48 horas atrincherado en la cabina de su locomotora, el operador que protagonizó el trágico accidente ferroviario ocurrido el pasado 6 de agosto finalmente descendió de la máquina para rendir declaración ante las autoridades.
Durante más de un día, el maquinista se negó a bajar, limitándose a encender y apagar las luces del vehículo, mientras era custodiado por elementos de seguridad para evitar cualquier intento de escape. Solo hasta este viernes, casi dos días después del incidente, aceptó finalmente descender de la máquina y enfrentó a las autoridades que continuarán las indagatorias pertinentes.
Hasta ahora, la identidad del operador sigue siendo reservada.