El consumo de drogas entre niños y adolescentes continúa en aumento y se ha convertido en uno de los principales factores que alejan a los jóvenes de la práctica deportiva, una actividad clave para su desarrollo físico, emocional y social.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, en México el porcentaje de adolescentes de entre 12 y 17 años que ha probado alguna droga se duplicó en los últimos años, pasando de 3.3% a más de 6%. Especialistas advierten que el sedentarismo, la falta de espacios recreativos y la ausencia de acompañamiento familiar influyen directamente en esta problemática.

Diversos estudios señalan que los jóvenes que practican deporte de manera regular tienen hasta 40% menos probabilidades de consumir drogas ilícitas, ya que la actividad física fortalece la disciplina, la autoestima y el sentido de pertenencia. Sin embargo, cuando el deporte no forma parte de su rutina, muchos adolescentes quedan más expuestos a conductas de riesgo.
En este contexto, el entrenador Marco Antonio López subrayó la responsabilidad que tienen los formadores deportivos en la vida de los jóvenes. "Los entrenadores tenemos que poner el ejemplo. Antes de hablar de prevención, los jóvenes observan nuestras acciones, nuestra conducta y nuestros hábitos", señaló.

El deporte, acompañado del ejemplo, la educación en casa y un entorno social positivo, se consolida como una de las herramientas más efectivas para prevenir las adicciones en las nuevas generaciones.