En el día internacional de las personas con discapacidad, las ciudades deben estar diseñadas para que todas las personas puedan circular sin complicaciones, sin importar su condición física o movilidad. Sin embargo, en el centro de la ciudad, la realidad es diferente.

Un recorrido por las calles revela un panorama que contrasta con la inclusión; las vialidades son angostas, muchas rampas están obstruidas por vehículos, puestos o infraestructura mal ubicada, además de baches que se han vuelto obstáculos frecuentes.
Estas condiciones no solo representan incomodidad sino una forma de exclusión diaria. La falta de accesibilidad limita la independencia de cientos de salmantinos y evidencia la necesidad de que autoridades y sociedad trabajen en conjunto para crear espacios verdaderamente seguros, dignos y accesibles.