“Tacos del 8”, el pecado mañanero que vale cada bocado

En la calle Francisco Villa, casi a un costado del tianguis de los miércoles, se esconde un tesoro culinario que conquista desde el primer vistazo: los tacos Del 8. A simple vista parecen unos tacos más, pero basta con ver la fila de gente paciente y antojada para saber que aquí se cuece algo especial.

Y es que hablar de los tacos de tripa es hablar de una delicia que no necesita presentación. Doradita, crujiente, bien servida y con ese sazón que sólo los verdaderos maestros del comal dominan. Pero eso no es todo, porque también hay de bistec, adobada y hasta de hígado, todos servidos con tortillas calientitas. El aroma es una invitación directa al pecado gastronómico y la primera mordida confirma lo que todos en la fila ya saben: romper la dieta aquí no se juzga, se celebra.

Tacos Del 8 no solo son una parada ideal para los que siguen la "ruta del taco", son también un recordatorio de que la felicidad cabe en una tortilla? y sabe a tripa crujiente.