El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos neuroconductuales más comunes en la infancia y la adolescencia. Actualmente, se estima que afecta entre el 5% y el 7% de los niños a nivel mundial, aunque también puede persistir en la vida adulta. El TDAH se manifiesta principalmente en tres áreas: inatención, impulsividad e hiperactividad, lo cual puede interferir en el rendimiento escolar, las relaciones sociales y familiares, e incluso en la autoestima.
Este trastorno tiene una base neurológica y genética, aunque factores ambientales también pueden influir en su desarrollo. En la sociedad, el TDAH representa un desafío importante, ya que, sin diagnóstico ni tratamiento, puede derivar en abandono escolar, dificultades laborales y problemas emocionales como ansiedad o depresión. Se ha comprobado que el ejercicio físico regular puede tener efectos positivos en la concentración y el control de impulsos.
Detectar el TDAH a tiempo y brindar apoyo constante permite a quienes lo padecen desarrollar su potencial y mejorar su calidad de vida, reduciendo el estigma que aún rodea a este diagnóstico.